
EL RETRATO
El retrato narra la tensión íntima señalada en una cara, una urgencia vital. Al mirar la figura pintada, se debe intuir su tensión, sentir el parpadeo y lo que esos ojos están mirando, se debe comprender si la mano en el brazo está tensa o relajada, si las orejas están enrojecidas por el disfraz o la tensión del momento. Estas caras imaginarias revelan emociones, sentimientos y actitudes: alegría, pasión, misticismo, miedo y deseo, que pertenecen a historias sentidas y sinceras. Y luego están los ojos, la forma y la sustancia de ese secreto que miramos: nosotros mismos. Esto y mucho más es lo que describo del mundo variado del artista.
(S. S. – A. S.)